miércoles, 12 de agosto de 2015

ES USTED UN NÚMERO

Usted es el asegurado número X en su compañía de seguros, el expediente número Y en Servicios Sociales, el paciente número Z en su centro de salud, con número W en la Seguridad Social. Es usted el parado siete millones en las encuestas y el cliente cien mil de la última tienda en la que consumió. Somos simples números en un mundo completamente burocratizado. Y lo digo con conocimiento de causa, ya que llevo tiempo trabajando como administrativo.

El término burocracia significa el gobierno de los funcionarios, primero aplicado a los trabajadores del gobierno y ahora también en las grandes organizaciones. Es una forma de organización. Todos estamos de acuerdo que el orden es importante para llevar a cabo una gestión de recursos y demandas de la mejor manera posible ya que se establece un procedimiento para llevarlas a cabo. Da seguridad y rigurosidad.

Para el ámbito administrativo y de gestión la burocracia es el mejor modelo, pero éste modelo no ha de penetrar en los ámbitos referentes a las personas. Cuando se trata de temas de necesidades de la población, las estructuras deberían ser más flexibles. Al ser sociedades cada vez más grandes y con influencias cada vez más grandes de muchos más lugares a causa de la globalización, pueden darse situaciones de emergencia social.

Con la actual crisis que vivimos y las consecuencias que arrastramos de más de cinco años de dificultades económicas, se han  creado bolsas de emergencia que nunca habíamos pensado como que haya gente desahuciada o que niños pasen hambre. Es más necesario que nunca que las estructuras gubernamentales den respuesta a estas necesidades con todos los recursos disponibles ya que es la organización más grande, el Estado. No se debería guiar por valoraciones en estudios de si es una tasa alta o baja según la población. Hay problemas que han de ser resueltos por su gravedad y no por su incidencia en la población, si es lo suficientemente alta para actuar o no. Hay casos que deberían estar con el 0 en su recuento. La desnutrición infantil, el paro y los desahucios, entre otros casos, son emergencias sociales que deben recibir una respuesta contundente.


Dejen a un lado los números, miren detrás. ¿Lo ven? Son personas, es la población. Esas personas que el día de mañana decidirán si ustedes siguen o quedan fuera. Aunque sea de manera egoísta. Rompan con las ataduras, den a sus vecinos, compañeros, amigos, familiares una segunda oportunidad. Por favor, actúen.